Otro proyecto acabado con éxito. Sin duda, con el que mejor me lo he pasado. El mismo día que el encargo salió publicado en Moodle me puse a buscar referencias de James Dean por la red. ¡Traducción literaria! ¡Y además de una obra de teatro! La emoción estaba por las nubes, pero ¿seríamos capaces de estar a la altura?
Nos dividimos el trabajo de la siguiente forma: los tres personajes que aparecían en la obra los traducirían tres personas distintas (entre ellas, a mí me tocó la parte de Jamie), y la cuarta persona se dedicaría a encontrar el mayor número de referencias culturales que aparecieran a lo largo del texto (que no eran pocas). No obstante, ya que la obra debía guardar una cohesión, aparte de la última revisión que realizaría el mismo integrante que había buscado los referentes culturales, nos obligamos a leer todo la pieza fuera cual fuera la parte que nos había tocado traducir. Asimismo, yo también saldé la cuenta pendiente que tenía con las películas del rebelde sin causa y me vi Al este del edén en versión original.
Una vez que me puse manos a la obra comenzaron a surgir algunos contratiempos. Lo que podía parecer fácil a primera vista, como reflejar el habla coloquial de los personajes, luego en la práctica no lo fue tanto. Siempre quedaba la duda de saber si el tono se estaba acercando demasiado al registro vulgar. Por ejemplo, con las contracciones tan corrientes que se dan en inglés “Ya think?” que no tienen un equivalente en castellano (con la excepción quizás que incluimos de “p’al norte” y parecidos), pero que hay que compensar por medio de otros mecanismos, como puede ser una sintaxis más relajada (“va y me dice…”).
Pero sin duda la dificultad más notable fue la de tratar de hacer las referencias culturales más accesibles al público meta. Cuando Lizzie menciona que parecía que su ex estaba abriendo un Montain Dew, es obvio que el público en español no va a captar la referencia a una bebida que gozó de popularidad en los EE. UU., por tanto, para lograr el mismo efecto hay que buscar un sustituto que sí exista en nuestra cultura, sin que se pierdan las connotaciones del original. Así pues, 7up o Sprite resultan unas buenas alternativas a este problema.
En otro caso, cuando Jamie le recrimina a Johnnie su insistencia por insinuar ciertas tendencias de su ídolo cinematográfico, James Dean, aquel menciona que son solo rumores que salen a la luz en programas basura como Hard Copy, Inside Edition, en el que se especula sobre las muertes de personajes famosos. En España difícilmente se podría entender esta alusión, por lo que era necesario cambiarlo por otro programa americano (el Sálvame o el Tomate no valían) que sí se emitiera en nuestro país. Por tanto, decidí cambiarlo por Crímenes Imperfectos, que a día de hoy se sigue emitiendo a nivel nacional por las mañanas.
Por no hablar de todas las películas que se citan directa e indirectamente en la obra. Incluso con el gran documento de referencias que había preparado nuestra compañera para que nos guiáramos, al ir traduciendo iban apareciendo cada vez más.
Con todo, a pesar de las complicaciones, supimos guardar la esencia de la pieza teatral y el resultado fue muy satisfactorio. Como guinda al pastel, nos propusimos grabar para el porfolio este vídeo en el que actuamos un pequeño fragmento de la obra que tradujimos. La parte cuando los dos amigos, Jamie y Johnnie conocen a la estrambótica Lizzie.
Como suele afirmar nuestro profesor y también comentó Alejandro Lapeña en su conferencia del Eneti, no hay nada parecido a ver en vivo y en directo algo que ha salido de nuestro puño y tecla (aunque sea traducido). Y creo que yo también puedo decir lo mismo una vez visto el resultado.
Al vídeo que nos pasó la compañera que grababa le he añadido unos retoces “made in Asier” antes de subirlo. Un consejo: ya que el volumen del vídeo es un poco bajo, mejor poner el del ordenador a todo trapo. ¡De aquí a Cannes! ;-)
Nos dividimos el trabajo de la siguiente forma: los tres personajes que aparecían en la obra los traducirían tres personas distintas (entre ellas, a mí me tocó la parte de Jamie), y la cuarta persona se dedicaría a encontrar el mayor número de referencias culturales que aparecieran a lo largo del texto (que no eran pocas). No obstante, ya que la obra debía guardar una cohesión, aparte de la última revisión que realizaría el mismo integrante que había buscado los referentes culturales, nos obligamos a leer todo la pieza fuera cual fuera la parte que nos había tocado traducir. Asimismo, yo también saldé la cuenta pendiente que tenía con las películas del rebelde sin causa y me vi Al este del edén en versión original.
Una vez que me puse manos a la obra comenzaron a surgir algunos contratiempos. Lo que podía parecer fácil a primera vista, como reflejar el habla coloquial de los personajes, luego en la práctica no lo fue tanto. Siempre quedaba la duda de saber si el tono se estaba acercando demasiado al registro vulgar. Por ejemplo, con las contracciones tan corrientes que se dan en inglés “Ya think?” que no tienen un equivalente en castellano (con la excepción quizás que incluimos de “p’al norte” y parecidos), pero que hay que compensar por medio de otros mecanismos, como puede ser una sintaxis más relajada (“va y me dice…”).
Pero sin duda la dificultad más notable fue la de tratar de hacer las referencias culturales más accesibles al público meta. Cuando Lizzie menciona que parecía que su ex estaba abriendo un Montain Dew, es obvio que el público en español no va a captar la referencia a una bebida que gozó de popularidad en los EE. UU., por tanto, para lograr el mismo efecto hay que buscar un sustituto que sí exista en nuestra cultura, sin que se pierdan las connotaciones del original. Así pues, 7up o Sprite resultan unas buenas alternativas a este problema.
En otro caso, cuando Jamie le recrimina a Johnnie su insistencia por insinuar ciertas tendencias de su ídolo cinematográfico, James Dean, aquel menciona que son solo rumores que salen a la luz en programas basura como Hard Copy, Inside Edition, en el que se especula sobre las muertes de personajes famosos. En España difícilmente se podría entender esta alusión, por lo que era necesario cambiarlo por otro programa americano (el Sálvame o el Tomate no valían) que sí se emitiera en nuestro país. Por tanto, decidí cambiarlo por Crímenes Imperfectos, que a día de hoy se sigue emitiendo a nivel nacional por las mañanas.
Por no hablar de todas las películas que se citan directa e indirectamente en la obra. Incluso con el gran documento de referencias que había preparado nuestra compañera para que nos guiáramos, al ir traduciendo iban apareciendo cada vez más.
Con todo, a pesar de las complicaciones, supimos guardar la esencia de la pieza teatral y el resultado fue muy satisfactorio. Como guinda al pastel, nos propusimos grabar para el porfolio este vídeo en el que actuamos un pequeño fragmento de la obra que tradujimos. La parte cuando los dos amigos, Jamie y Johnnie conocen a la estrambótica Lizzie.
Como suele afirmar nuestro profesor y también comentó Alejandro Lapeña en su conferencia del Eneti, no hay nada parecido a ver en vivo y en directo algo que ha salido de nuestro puño y tecla (aunque sea traducido). Y creo que yo también puedo decir lo mismo una vez visto el resultado.
Al vídeo que nos pasó la compañera que grababa le he añadido unos retoces “made in Asier” antes de subirlo. Un consejo: ya que el volumen del vídeo es un poco bajo, mejor poner el del ordenador a todo trapo. ¡De aquí a Cannes! ;-)