Уливайтесь, товарищи! Para todos aquellos traductores en ciernes cuya lengua C sea la de Pushkin y traten de mejorar sus conocimientos, nada mejor que empaparse de un poco de la cultura soviética a través de la ingente cantidad de películas subtituladas al inglés que se encuentran por internet. No resulta nada extraño escuchar en boca de eslavos (no solo adultos, sino también niños de 12 años) que ya no se hacen ni filmes ni libros ni música como los de antes. Para confirmar esta creencia, no hay más que escuchar los últimos éxitos musicales, que rezuman pop barato y del malo.
Hace unas semanas, el profesor de traducción ruso-español nos comentó que, debido a que en la época de la URSS no existía el concepto de derechos de autor, la gran parte de las producciones cinematográficas acabaron en manos de nadie, lo que a día de hoy nos permite disfrutarlas tanto online como en versión descargada sin que infrinjamos la ley. Aunque se pueden buscar directamente en youtube, lo mejor es acudir a la página web de Mosfilm (la antigua productora de películas) e ir a la sección Filmi s subtítrami, o lo que es lo mismo, películas con subtítulos.
Ayer me animé por fin con la comedia titulada La prisionera del Cáucaso o Las nuevas aventuras de Shurik. El protagonista, llamado Shurik, es un muchacho inocentón de la capital que va al Cáucaso a realizar una investigación sobre las tradiciones y costumbres de aquella tierra. Sin darse cuenta de ello, se verá envuelto en el secuestro de una chica a la que quieren casar con el alcalde en contra de su voluntad. La película está repleta de golpes hilarantes, producidos, en general, por la tierna inocencia de Shurik en oposición a los torpes villanos que intentan arrebatarle a la mujer a la que ama. Como primera incursión al mundo de las películas soviéticas, me dejo un regusto muy bueno y tengo por seguro que dentro de poco (si el tiempo me lo permite) me animaré con otra.
De hecho, me plantee que sería un proyecto muy interesante subtitularlas al español (se lo dejaré caer al de prácticas).
Lo dicho: una forma inmejorable para saber un poco más sobre Rusia, más allá de las noticias sobre Crimea y los constantes pulsos del presidente Putin.
Hace unas semanas, el profesor de traducción ruso-español nos comentó que, debido a que en la época de la URSS no existía el concepto de derechos de autor, la gran parte de las producciones cinematográficas acabaron en manos de nadie, lo que a día de hoy nos permite disfrutarlas tanto online como en versión descargada sin que infrinjamos la ley. Aunque se pueden buscar directamente en youtube, lo mejor es acudir a la página web de Mosfilm (la antigua productora de películas) e ir a la sección Filmi s subtítrami, o lo que es lo mismo, películas con subtítulos.
Ayer me animé por fin con la comedia titulada La prisionera del Cáucaso o Las nuevas aventuras de Shurik. El protagonista, llamado Shurik, es un muchacho inocentón de la capital que va al Cáucaso a realizar una investigación sobre las tradiciones y costumbres de aquella tierra. Sin darse cuenta de ello, se verá envuelto en el secuestro de una chica a la que quieren casar con el alcalde en contra de su voluntad. La película está repleta de golpes hilarantes, producidos, en general, por la tierna inocencia de Shurik en oposición a los torpes villanos que intentan arrebatarle a la mujer a la que ama. Como primera incursión al mundo de las películas soviéticas, me dejo un regusto muy bueno y tengo por seguro que dentro de poco (si el tiempo me lo permite) me animaré con otra.
De hecho, me plantee que sería un proyecto muy interesante subtitularlas al español (se lo dejaré caer al de prácticas).
Lo dicho: una forma inmejorable para saber un poco más sobre Rusia, más allá de las noticias sobre Crimea y los constantes pulsos del presidente Putin.