El resultado, como se podrá comprobar, no ha sido el esperado. No obstante, hay que mirar el lado positivo: hemos avanzado en nuestro conocimiento de las herramientas TAO, sabemos lo importante que es la revisión (no volveré a cometer los mismos errores) y, por último, tenemos la sensación positiva de que hemos aprendido a enfrentarnos otro tipo de texto (unos estatutos de asociación) cuyo lenguaje formulaico y convenciones se repiten en otros textos de carácter jurídico. Por consiguiente, esto nos servirá para futuras traducciones. ¡No hay mal que por bien no venga!
¡Seguimos trabajando!