el día anterior a coger el bus tampoco ayudaba. Pero ya de vuelta en Vitoria puedo decir que el ENETI 2014 ha sido una experiencia muy enriquecedora que espero poder repetir los siguientes años. Para alguien que, como yo, ni tiene cuenta profesional en Twitter (ni tengo intenciones de hacerme una), ni sabe muy bien qué es eso del networking la cosa no pintaba del todo bien. Sin embargo, no podía haber estado más equivocado: las charlas me gustaron mucho y comprobé que, como yo, hay estudiantes de la Autónoma, de Córdoba y de otros rincones de España que están tan perdidos como yo a la hora de decidir qué hacer con nuestra vida más allá del horizonte que marca el fin de nuestro grado. El destino (Soria) no atraía. La época (antes de exámenes finales y entregas de los últimos proyecto), menos aún. El trancazo que me pillé
Aquí va el ranking de ponentes (en orden de preferencia):
· Maya Busqué: creo que todo el auditorio pudo sentir durante las dos horas que estuvo hablando la intérprete (aunque a mí se me hizo mucho más corto) que todos los allí presentes estábamos recibiendo una lección magistral de lo que es el mercado laboral. Busqué ofreció una charla divertida, pero no por ello quitó hierro a los asuntos que realmente son relevantes, como la precariedad que padece nuestro sector. Asimismo, eliminó muchos de los mitos que oímos día sí y día también sobre el emprendimiento. Suscribo totalmente sus palabras y me uno sus reivindicaciones. En un mercado que hace que la culpa de la “poca empleabilidad” recaiga en el trabajador y no en el conjunto de un sistema que está mal planteado, hay pocos motivos para la esperanzo. Pero lejos de desanimarnos, Busqué nos animó a perseguir lo que nosotros realmente queremos. En definitiva, menos fotos en instagram para vender humo, y más trabajo y estudio. ¡Chapó!
· Celia García: esta ponencia versó sobre la traducción publicitaria. En el ejemplo de la marca de café que nos ofreció, me sorprendió la cantidad de elementos culturales que hay en un anuncio y que precisan de una traducción antes de exhibirlo en la cultura meta. ¡Hasta el ruido de la máquina registradora varía de país a país, por lo que habría que cambiarlo! Esto demuestra que los conocimientos que debe poseer un traductor van más allá de los puramente lingüísticos, aunque también está la duda de hasta qué punto este tiene libertad para realizar cambios oportunos, ya que se enfrenta a las órdenes impuestas por el publicista.
· Alejandro Lapeña: la charla que ofreció este traductor teatral nos vino que ni pintado a todos los de nuestra clase, que nos encontramos inmersos en el proyecto 5. Un dato curioso: en Portugal se concede mucha más importancia a este gremio, e incluso, como hizo saber Lapeña, su nombre aparece escrito en los carteles anunciadores de la obra (a la altura del de los actores). Es triste que en nuestro país no se siga este ejemplo.
· Eugenia Arrés: la charla redonda que ofrecieron esta traductora autónoma con la compañía de otros dos traductores noveles (Sebastián Cervantes y Ismael Pardo) resultó muy ilustrativa en tanto que mostraron una modalidad desconocida a la hora de realizar prácticas profesionales: el mentoring. En esta modalidad, es un traductor freelance el que se ofrece para tutorizar a un alumno (o a más de uno, como en este caso). La enseñanza, por tanto, es mucho más personalizada si se compara con las prácticas en una empresa de traducción y puede ser muy positiva si se tiene en mente labrarse un futuro como traductor autónomo. Algunas facultades, como la de Granada, están impulsando esta iniciativa. ¡UPV, toma nota!
Claro está, aparte de lo puramente académico también tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con estudiantes de TeI que conocimos en Erasmus y, cómo no, para descubrir la (gélida) noche soriana.
Aquí va el ranking de ponentes (en orden de preferencia):
· Maya Busqué: creo que todo el auditorio pudo sentir durante las dos horas que estuvo hablando la intérprete (aunque a mí se me hizo mucho más corto) que todos los allí presentes estábamos recibiendo una lección magistral de lo que es el mercado laboral. Busqué ofreció una charla divertida, pero no por ello quitó hierro a los asuntos que realmente son relevantes, como la precariedad que padece nuestro sector. Asimismo, eliminó muchos de los mitos que oímos día sí y día también sobre el emprendimiento. Suscribo totalmente sus palabras y me uno sus reivindicaciones. En un mercado que hace que la culpa de la “poca empleabilidad” recaiga en el trabajador y no en el conjunto de un sistema que está mal planteado, hay pocos motivos para la esperanzo. Pero lejos de desanimarnos, Busqué nos animó a perseguir lo que nosotros realmente queremos. En definitiva, menos fotos en instagram para vender humo, y más trabajo y estudio. ¡Chapó!
· Celia García: esta ponencia versó sobre la traducción publicitaria. En el ejemplo de la marca de café que nos ofreció, me sorprendió la cantidad de elementos culturales que hay en un anuncio y que precisan de una traducción antes de exhibirlo en la cultura meta. ¡Hasta el ruido de la máquina registradora varía de país a país, por lo que habría que cambiarlo! Esto demuestra que los conocimientos que debe poseer un traductor van más allá de los puramente lingüísticos, aunque también está la duda de hasta qué punto este tiene libertad para realizar cambios oportunos, ya que se enfrenta a las órdenes impuestas por el publicista.
· Alejandro Lapeña: la charla que ofreció este traductor teatral nos vino que ni pintado a todos los de nuestra clase, que nos encontramos inmersos en el proyecto 5. Un dato curioso: en Portugal se concede mucha más importancia a este gremio, e incluso, como hizo saber Lapeña, su nombre aparece escrito en los carteles anunciadores de la obra (a la altura del de los actores). Es triste que en nuestro país no se siga este ejemplo.
· Eugenia Arrés: la charla redonda que ofrecieron esta traductora autónoma con la compañía de otros dos traductores noveles (Sebastián Cervantes y Ismael Pardo) resultó muy ilustrativa en tanto que mostraron una modalidad desconocida a la hora de realizar prácticas profesionales: el mentoring. En esta modalidad, es un traductor freelance el que se ofrece para tutorizar a un alumno (o a más de uno, como en este caso). La enseñanza, por tanto, es mucho más personalizada si se compara con las prácticas en una empresa de traducción y puede ser muy positiva si se tiene en mente labrarse un futuro como traductor autónomo. Algunas facultades, como la de Granada, están impulsando esta iniciativa. ¡UPV, toma nota!
Claro está, aparte de lo puramente académico también tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con estudiantes de TeI que conocimos en Erasmus y, cómo no, para descubrir la (gélida) noche soriana.
En la ciudad de Machado