El viernes hará cuatro semanas desde que empecé las prácticas en una empresa de traducción de Vitoria. Cuando me llamaron para la entrevista en febrero a raíz de la beca Santander, me dejaron claro que de traducir, poco, o más bien nada. Al principio me extrañó muchísimo oír un concepto como “la gestión de proyectos de traducción”, pero después de este mes puedo decir que, pese a lo estresante que pueda llegar a ser, me encanta.
Mi labor se centra en hacer de intermediario entre los clientes y los traductores. Me gusta porque me permite descubrir el proceso que, como traductor, no se suele ver. Es decir, quién encarga a quién y de qué forma. En ocasiones, hay que negociar tarifas, fechas de entrega e incluso recomendaciones terminológicas tanto con traductores y revisores como con los clientes. Y por raro que pueda sonar, es un trabajo muy gratificante ya que ves tanto el producto final como la reacción del cliente que lo encargó.
La gestión de proyectos de traducción es una salida más que tenemos los estudiantes que terminamos el grado de TeI, sobre todo para aquellos que no queremos empezar como autónomos nada más salir de la carrera. Es un trabajo menos laborioso que el de traductor y, en ocasiones, mejor remunerado. Una vez que termine las prácticas a finales de julio, estoy seguro de que tendré una visión más completa de lo que implica esta profesión (es decir, una vez que se pase lo que los ingleses llamarían el honeymoon stage). Así pues, ¡os mantendré informados!
Mi labor se centra en hacer de intermediario entre los clientes y los traductores. Me gusta porque me permite descubrir el proceso que, como traductor, no se suele ver. Es decir, quién encarga a quién y de qué forma. En ocasiones, hay que negociar tarifas, fechas de entrega e incluso recomendaciones terminológicas tanto con traductores y revisores como con los clientes. Y por raro que pueda sonar, es un trabajo muy gratificante ya que ves tanto el producto final como la reacción del cliente que lo encargó.
La gestión de proyectos de traducción es una salida más que tenemos los estudiantes que terminamos el grado de TeI, sobre todo para aquellos que no queremos empezar como autónomos nada más salir de la carrera. Es un trabajo menos laborioso que el de traductor y, en ocasiones, mejor remunerado. Una vez que termine las prácticas a finales de julio, estoy seguro de que tendré una visión más completa de lo que implica esta profesión (es decir, una vez que se pase lo que los ingleses llamarían el honeymoon stage). Así pues, ¡os mantendré informados!